Había fiesta, Ande fuerte, Amazonía profunda, pero nadie podrá saberte Hatun. Cómo olvidar tío, esos caminos entre Surquillo, Centro de Lima y La Molina, cómo olvidar que quisiste fungir de ekeko del amor de dos post adolescentes perdidos en sus mundos llenos de carencia y sueños, siendo tus lúdicos cómplices de aventureras tertulias.Cómo olvidar que de tanto querer ser mi padre, terminaste siendo mi hermano, escribiendo una larga carta de amor/despedida a Mati, Cómo olvidar aquella noche feliz del 97 donde ella y tú hiceron contrapunto en la Casa Mariátegui.
Te puedo decir que las situaciones efímeras urbanas en movimiento constante hacen perder el equilibrio y la noción del ahora mágico de tus pensares, pues aún continúan hablando las esquinas de Callao, Colina y La Molina aún continúan nuestras largas conversaciones sobre fractales, caos, psicoanálisis, filosofía, chamanismo y física cuántica. Me hiciste respetar el arte de mis padres.
Por un tiempo me sumergí en un oscuro y rico mundo para renovarme, como me enseñaste a hacerlo con tus grandes sentencias de experiencia. Todavía te puedo prestar mis libros de antropología y yo escuchar tus poemas a voz ciega, entre papeles donde escribir mis palabras para que me escuches mejor y tus gritos por atreverme a contradecirte delante de Graciela. Desde que empezaste a irte no pude hacer nada Hatun, siempre seguirán hablando de más, hablando palabras vacías. Gracias por tu tierno escepticismo, hermano mío. Sigues siendo el Hatun.
Precioso texto Andrea.
RépondreSupprimerRoxana
Nb: Felicitaciones por estar dentro de 5 blogs recomendados del 2008,tu blog lo leo hace un tiempo y solo hago mas que ratificar la eleccion de Luna Antagonica.