Cuentos desde LiManta Town

Del 94

Muchas dentadas me traen al momento de volver a nacer limpia, clara, libre.

Por fin vuelvo a ser yo, limpia de falsas marginalidades, falso arte, falsas amistades, falsos intelectuales, falsos pensadores que encienden las velas al pie de nombres y sucias tradiciones, viviendo en eternas escaleras, disfrutando escalón por escalón la pisada de un nombre, aquella falsedad que tan bien describiera Juan Acha..

No importa, todo es impune pues toda la historia es susceptible de cambiarse, toda historia, en favor de un nombre siempre y cuando se guarde la conveniente relación, antes que su propia interna amistad.

Si hubiera imaginado estar envuelta en torno a oscuras historias y tradiciones oficiales.

Si hubiera podido librarme de aquél adicto resentimiento disfrazado de "reflexión" irresponsable en el comienzo de mi vital euforia... me hubiera quedado en la tranquilidad del Conservatorio de Música y de los conciertos y ensayos, en mis exitosos claustros universitarios, feliz en mi Colina Town - donde aún vibra vida y pensamiento- , junto a mis perros, mis calles por donde mis ancentros venidos de los barcos encontraron amor, fundaron familia, hicieron ciudad.

Pero gracias a esas personas hoy bien encajadas en las escaleras eternas una debajo de la otra , encima de la otra, puedo entender la esencia de donde nací, aquella tierra incomprendida llena de gente sabia a merced de algunos intelectuales cortesanos que parecen definir nuestras producciones.

Después de todo gracias a tanta experiencia pude conocer el hedor de lo que no quiero, probé y me hundí en la eterna decadencia, justo hasta el punto de astiarme de ella y desprenderme de aquella oscuridad y pasar por juzgados, incrédula aún de la desamistad y la indignidad que rodeaba aquél mundo que se manifestaba tan bien en mi solitaria labor junto a la tierra de Jaques Brel. Aquél mundo que miente impunemente por doquier.

He encontrado la manera de ser feliz entre tanto repetido escombro que encuentro aún en los algunos ex nuevos conocidos, las nuevas náuseas, incrustados en los escalones oficiales, que mal que bien también me hicieron conocer el submundo después del submundo, para luego encontrarme fuerte para sobrevivir sin aquella historia oficial alrededor de la cual giran nuestra racional y clásica ciencia que no pasa de ser más que un poco de erudición con poder local.

2007, un dia deabril frente al Océano Pacifico

Y derrepente por fin desperté... con una gran sonrisa al verte, llena de agua salada en las manos, bajo el sol, el vientre feliz con tu mirada callada, emocionada, formando mi cuerpo, observándome crecer, enamorado.