CyborgNomada

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El cyborg manifesto desde Quartier Coghen - Uccle Brux'hell

mercredi 30 mai 2007

El cine documental en América Latina

En el año 2002, cubrí el Sexto Festival el cine Encuentro Latinoamericano de cine de Lima para la desaparecida Revista Múltiple, Cultura peruana y tuve la oportunidad magnifica de hablar con el documentalista chileno Patricio Guzmán y el documentalista peruano Javier Corcuera quienes desde ese entonces proponían poner fuerzas en el desarrollo del cine documental en nuestro continente por ser éste tipo de producción.

Aquí una muy interesante entrevista a Patricio Guzmán:

Conversaciones con Patricio Guzmán

Por Jorge Ruffinelli

El documental: vivir a la intemperie o bajo techo

En Estados Unidos, el documental paradójicamente “pertenece” más a las Universidades que a la televisión -donde es tan difícil ser aceptado si no es comercial. ¿Crees que hay un mismo techo de protección para los documentalistas jóvenes en América Latina, a través de las Escuelas de Cine?

Puede ser. Pero las escuelas de cine latinoamericanas están volcadas a la ficción. Casi nadie enseña documental. En todo caso son una esperanza. Ahora hay más alumnos que se interesan por el documental. Pero también hay una actitud oportunista: muchos jóvenes se decantan por el documental porque es más “fácil” de producir que una ficción. Ignoran que el documental pide una actitud distinta y que no es solamente una “especialidad”, sino una vocación que exige mucha más energía y ética que la ficción.

Aparecen también las fundaciones y los productores…

Esto es positivo. Permite hacer más cosas, aunque con bajos presupuestos. Lo más interesante que ha ocurrido en Europa es la creación de canales especializados, que se dedican a la producción documental.

La situación europea es, así, envidiable. Sin embargo, esa situación no se identifica con lo que sucede en América Latina. Por un lado, los canales de televisión pertenecen a la burguesía.

En casi toda Latinoamérica, la televisión está bajo el control de gente conservadora que no se atreve a correr ningún riesgo, no sólo con obras documentales. Al final los talentos documentales terminan refugiándose en el área informativa de cada canal.

Entonces, ¿cuál puede ser el destino del documentalista en América Latina, si quiere y necesita hacer un cine de denuncia social y política, y no va a tener espacio en la televisión?

La existencia del documental depende de muchas otras cosas. En América Latina los núcleos de pensamiento viven arrinconados. Los historiadores, filósofos, ensayistas y críticos de la sociedad no tienen medios a su alcance. Adentro de este panorama es poco factible el desarrollo del documental, incluso de obras que nada tienen que ver con la política, como los documentales de literatura, teatro, ballet, artes plásticas y otras incontables ocupaciones humanas. Porque los responsables televisivos seguirán diciendo que son pesados, aburridos, poco dinámicos y que no pueden alcanzar la misma audiencia que la ficción.La mentalidad conservadora no sólo desconfía de la temática “social” sino de cualquier “punto de vista” documental, porque el universo documental choca con el mercantilismo televisivo. Casi siempre, los creadores de documentales muestran el costado más sensible de la vida: las confesiones de un artista, las reflexiones de un anciano, la vida de un colegio, la vida de un pueblo, la muerte de un barrio, la contemplación de la naturaleza, el desarrollo de la arquitectura, etc. Son temas que no movilizan a los dinámicos ejecutivos que hoy mandan en la televisión. -Una sonata para piano no alcanza a oirse en una sala de grandes dimensiones. Las obras documentales necesitan un marco distinto, un espacio y una fórmula de programación inteligente.

1 commentaire:

  1. Soy un aficionado al género documental y siempre me atrae descubrir este tipo de propuestas no tan difundidas. Saludos!

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